Sergio A. Garcidueñas-Sease

Como hijo de un diplomático de la Organización de las Naciones Unidas y de una californiana de espíritu libre, Sergio vivió en varios países en desarrollo de África y América Latina. Pasó varios veranos en México con su familia paterna en Morelos y en Ciudad de México. Se mudó al área de Seattle para estudiar en la escuela secundaria de Edmonds-Woodway. Obtuvo sus títulos de licenciatura y posgrado en relaciones internacionales en American University en Washington, D.C. Durante su estadía en D.C., Sergio trabajó en varios organismos gubernamentales y no gubernamentales, entre ellos el Senado de los EE.UU. y Human Rights Watch.

Tras graduarse, regresó a Seattle donde asistió a Seattle University School of Law y se graduó con honores cum laude. Mientras estudiaba leyes, fue becario del proyecto Laurel Rubin de Derechos de los trabajadores agrícolas de Columbia Legal Services. Como becario, viajó por todo el estado de Washington defendiendo y educando a los trabajadores agrícolas sobre sus derechos. Más tarde trabajó para la Corte Interamericana de Derechos Humanos en Costa Rica, investigando la jurisprudencia internacional en materia de derechos humanos y redactando una sentencia contra un país centroamericano por los abusos de derechos humanos que cometió en el transcurso de su guerra civil. En su último año de la escuela de leyes, trabajó para la Unión Estadounidense de Libertades Civiles del estado de Washington, prestando asistencia en casos de litigio de alto impacto, incluyendo la Ley de derecho al voto, la Primera Enmienda y la ineficaz asistencia letrada.

Tras graduarse de la escuela de leyes, Sergio se mudó a Yakima, Washington, para trabajar en un despacho de abogados donde representó a clientes que fueron víctimas de innumerables injusticias. Los casos en que defendió con éxito a sus clientes incluyen abuso en hogares sustitutos, abuso sexual y físico, colisiones automovilísticas, negligencia en escuelas, mala fe en seguros, negligencia en el diseño y mantenimiento de carreteras y muerte por negligencia. La mayoría de sus clientes eran hispanohablantes monolingües. A Sergio le apasiona ayudar a las víctimas a recibir justicia y hacer que individuos, agresores, empresas y gobiernos rindan cuentas. En su tiempo libre, le encanta tocar la guitarra, cocinar, bailar, explorar la naturaleza y viajar.

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